15 de diciembre de 2017

LA ÚLTIMA PALABRA

"Nada temo, porque tú vas conmigo..." (Salmo 22) 

Convivimos con muchas situaciones que nos invitan a la tristeza, al pesimismo, a la desesperanza. Las lecturas bíblicas que nos propone la Iglesia en Adviento, quieren "convencernos" de que nada de esto tiene la última palabra. Aquello que nos anuncian es tan grande, tan importante (sí, ¡también para nosotros!) que sólo puede ser obra de Dios: como el nacimiento de Sansón o de Samuel. En todas las lecturas queda patente que Dios interviene para salvar, para traer la alegría, para abrir una brecha de novedad en la historia. Y, ¿quién es el que puede ofrecernos algo nuevo de verdad, la alegría auténtica y duradera, la vida que es más fuerte que la muerte?

Sólo Aquel sobre el cual nos hablan de manera un tanto “secreta” todos estos textos: Jesucristo, el Mesías, el Hijo de Dios. La esperanza, pues de esto se trata, no es vivir de ilusiones sino con la certeza de ser acompañados y de que la última palabra la tiene Él. Ya no hay nada que tengamos que vivir solos. El Señor está con nosotros, nos ama, nos conoce hasta el punto de que se ha hecho carne. Ojalá también Él esté siempre ante nuestros ojos como punto de referencia en nuestra vida.

Solo algunos textos del profeta Isaías que hemos escuchado en los últimos días:
"El Señor es un Dios eterno... fortalece a quien está cansado, acrecienta el vigor del exhausto... los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren y no se fatigan, caminan y no se cansan". 
"No temas, yo mismo te auxilio.Yo, el Señor, no te abandonaré. Haré brotar ríos en cumbres desoladas; en medio de los valles, manantiales; transformaré el desierto en marisma y el yermo en fuentes de agua". 
"Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho. Sed fuertes, no temáis". 
"¡He aquí vuestro Dios! Viene en persona y os salvará".
Marana tha. ¡Ven, Señor Jesús!